Con el tiempo y mi camino como persona y terapeuta, la vida me muestra como cambios internos inevitablemente dan pie a cambios externos. Difícilmente se mueven cosas en nuestra vida o incluso conseguimos algo material (y menos lo podemos mantener en el tiempo), si no ha habido un cambio interior en esa faceta de vida o situación.
En ocasiones también ocurren cambios externos (a menudo cambios que consideramos desagradables) que nos invitan a esa transformación, que nos alentan a parar y observar.