El otro día, en un programa de radio, Antonio Jorge Larruy distinguía entre la Rapidez y la Prisa. Con su comparación, supo sintetizar algo que me ha inspirado a hacer este post.
Y es que, una cosa es realizar las acciones de nuestro día a día de manera ágil, centrada y despierta (RAPIDEZ)
Y la otra es movernos en nuestro día a día desde la alerta, con ese mecanismo activado del miedo a «no lo acabaré», «no llegaré»… (PRISA)
La PRISA es la presión que nos ponemos para ser más efectivos, rendir más y en definitiva, controlar la RAPIDEZ. Y en ese intento de controlar la rapidez, así nos va.